1 de juny 2007

“Enrique Moriel es un nombre para mí casi sagrado”

Francisco González Ledesma publica su nueva novela

Enrique Moriel es el seudónimo elegido por Francisco González Ledesma para presentar ‘La ciudad sin tiempo’ (Destino, 2007), un nombre con historia, ya que era el protagonista de ‘Sombras viejas’, una obra con la que obtendría el Premio Internacional de Novela.

A.J. Oviedo

La carrera literaria de González Ledesma viene de antiguo. No en vano empezó a escribir novelas del Oeste al ritmo de una a la semana y con el seudónimo de Silver Kane para costearse la carrera de Derecho. Semejante ritmo literario le proporcionó oficio a un escritor que con 21 años ya había obtenido el Premio Internacional de Novela. El franquismo le impidió sin embargo ver publicadas algunas de ellas, pero no seguir escribiendo, hasta el punto de que ya en la Transición obtendría el Premio Planeta por Crónica sentimental en rojo y una enorme popularidad. Escritor de culto en Francia, tiene en la novela negra uno de sus géneros más notables y al comisario Ricardo Méndez como protagonista.

–¿No resulta extraño que un autor como usted se esconda a estas alturas bajo un seudónimo?

–No tiene nada de extraño, porque tengo cierto prestigio como autor de novela negra, lo que hace que la gente me tenga un poco encasillado. Si hubiese firmado esta novela con mi nombre, a priori, habrían pensado que se trata de una novela negra, cuando realmente es una obra fuera de registro de lo que uno
hace. Así que preferí jugármela para evitar los encasillamientos. El hecho de que el autor se llame Enrique Moriel fue cosa del editor, pero el nombre es profundamente mío. Y un nombre para mí casi sagrado.

–¿Un guiño a su propia historia literaria?

–Y a mi vida, porque supone unir los principios de esperanza en los que comenzaba como escritor con mis años actuales de vejez y experiencia.

–¿Cómo llegó a La ciudad sin tiempo?

–La concebí hace ya treinta años cuando escribía novelas de aventuras prohibidas por la censura. Se me ocurrió entonces plasmar la vida de un vampiro, que por tanto no moriría nunca y llegaría a conocer perfectamente todos los misterios de Barcelona, los personajes dudosos, los secretos de la ciudad que van desde los cafés hasta los prostíbulos, desde los políticos hasta los verdugos. Pensé entonces que nunca podría encontrar ningún personaje que me permitiese hablar con tanta libertad de Barcelona y explicar muchas de aquellas cosas que la gente no conoce. La he reescrito ya tres veces…

–¿Iba eliminando material que no le gustaba?

–Iba escribiendo otras cosas mientras buscaba información para la novela, porque tiene una gran parte de investigación, es decir, prácticamente todas las historias que se cuentan sobre Barcelona son absolutamente ciertas, si digo que un palacio era de una forma o que una puerta se sustituyó por una ventana es porque lo he investigado y realmente fue así. Y para ello me ha servido de mucho ser periodista, porque me ha permitido conocer durante todos estos años cosas que luego he podido utilizar para la novela. Pero me ha supuesto un gran reto porque no quería poner ni un solo dato falso, quería que todo fuese rigurosamente cierto.

–Tampoco ha descuidado su gusto por la novela negra, ya que hay en ésta un claro componente investigador…

–Por supuesto, todo lo que tiene la novela negra de análisis social y de investigación me ha salido en La ciudad sin tiempo, porque en el fondo es la trayectoria de toda mi vida.

–¿Qué espera Francisco González Ledesma del lector de hoy?

–Que le guste el libro y que su lectura le haga vivir intensamente, esto es fundamental. Y luego, he querido dar testimonio de la evolución de una ciudad.

–¿Barcelona se convierte entonces en otro personaje de su novela?

–Sin duda. Creo que todas las obras que he escrito sobre el comisario Méndez o las primeras novelas político-sociales han tenido a Barcelona como su personaje fundamental. La ciudad ha sido un poco como mi novia a la que nunca he traicionado y llevo siempre dentro.

Pérgola, 1 de junio de 2007