28 d’oct. 2007

González Ledesma plantea la tentación de la venganza en "Una novela de barrio"

Fax Press

Escritor, periodista y abogado, Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927), que es, junto al desaparecido Manuel Vázquez Montalbán, el gran maestro de la novela negra en nuestro país, acaba de publicar Una novela de Barrio. Tras ganar con 21 años el Premio Internacional de Novela con Sombras viejas y no poder verlo publicado por culpa de la censura, se ganó la vida primero como abogado y después como periodista en el Correo Catalán y en La Vanguardia, diario del que llegó a ser Redactor Jefe.En su tiempo libre continuó escribiendo y con la Transición su obra deja de ser perseguida y comienza a ser reconocida y premiada como sucedió con Crónica sentimental en rojo, que recibió el Planeta en 1984, El pecado o algo parecido, galardonado con el Premio Hammet 2002, o Una novela de Barrio, que acaba de llegar a las librerías tras recibir el Premio Internacional de Novela Negra RBA y en la que retoma a su entrañable personaje, el inspector Méndez. "Es una novela que afronta con cierta crudeza el problema de la justicia", ha explicado González Ledesma. El escritor buscó respuesta en un personaje, David Miralles, padre de un niño de tres años al que dos ladrones mataron durante el atraco a un banco.

Argumento.

Al cabo del tiempo, uno de los atracadores -Omedes- muere de un disparo; el otro -Leónidas Pérez- da por sentado que el asesino es Miralles, que ahora trabaja como guardaespaldas, y tratará de acabar con él antes de que el padre del niño consume una supuesta venganza. La decisión de Leónidas Pérez genera una serie de muertes y el caso cae en manos del inspector Méndez, quien en su séptima aparición en una novela de González Ledesma está ya medio jubilado, lo que no le impedirá tener una intervención trascendental en la historia.Méndez es un policía que cree que la única justicia verdadera es "la de la calle", una conclusión que, según admite González Ledesma, conduce a la desesperación, porque "significaría que la justicia oficial es ineficaz, por lo que, en cierta medida, el Estado de Derecho desaparece".Pero el escritor no puede evitar preguntarse "hasta qué punto puede un ciudadano normal sentir la tentación de cometer un delito como el de la venganza".

Diario de Avisos
, 28 de octubre de 2007

27 d’oct. 2007

'Sombras viejas'

Francisco González Ledesma. Editorial Destino. 468 páginas. 19.50 euros.

Sombras viejas es la primera novela premiada de Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927), protagonizada por Enrique Moriel. Es ante todo una interrogación sobre el alcance del amor y los límites del desaliento. En la capital catalana de los años treinta, Paulina, una joven de radiante belleza y de familia humilde, entra en casa del burgués Ismael Leonardo como señorita de compañía de su díscola hija Nora. Otro joven pobre y soñador, Enrique Moriel, trabaja como preceptor de Nora a cambio de que los Leonardo costeen sus estudios universitarios. La atracción naciente entre Paulina y Enrique se concretará en paseos y confidencias, y desembocará en una relación tierna y apasionada. Pero frente al amor incondicional de la muchacha, la personalidad compleja de Moriel y la llamada del ideal colectivo en los tiempos convulsos que se avecinan se convertirán en un desafío para sus sentimientos. El autor recibió el premio Planeta en 1984 por Crónica sentimental en rojo, protagonizada por el desengañado policía Méndez, hijo de los barrios bajos barceloneses y conocedor impío de los altos. El premio Pepe Carvalho 2005 reconoció su trayectoria como autor de novela negra. Ha publicado también -además de numerosas novelas del oeste- Tiempo de venganza y unas memorias que fueron recibidas como un acontecimiento: Historia de mis calles. Esta novela recibió el primer premio internacional José Janés en 1948, pero fue prohibida por la censura franquista y ha permanecido inédita hasta la fecha.

Deia, 27 de octubre de 2007

25 d’oct. 2007

González Ledesma: Al inspector Méndez "aún le queda una aventura más", según su autor

EFE

Al inspector Méndez, el entrañable policía que ha protagonizado hasta la fecha siete novelas de Francisco González Ledesma y que está cercano a la fecha de su jubilación, todavía "le queda una aventura más", según ha afirmado hoy su creador. "Tengo una idea en la cabeza y, si tengo salud y suerte, la desarrollaré. O sea, que al inspector Méndez le queda una aventura", ha explicado González Ledesma, de 80 años, durante una entrevista con Efe en la que ha hablado de su nuevo libro, "Una novela de barrio", que protagoniza el popular policía. En esta novela, Méndez, que ronda ya los 65 años, mantiene la vida "monacal" que le caracteriza, entre "tabernas que siempre están a punto de ser cerradas por Sanidad", y conserva ese carácter inconformista que le impide ascender en el escalafón policial. González Ledesma reconoce que tiene una deuda con su personaje, que hizo su primera aparición en "Expediente Barcelona", de 1983, y que protagonizó "Crónica sentimental en rojo", la novela ganadora de la edición de 1984 del Premio Planeta. El escritor barcelonés obtuvo en 2002 el Premio Hammett con otro título de la serie de Méndez, "El pecado o algo parecido", y la última historia hasta la fecha del policía acaba de ser galardonada con el Premio Internacional de Novela Negra RBA, el de mayor dotación económica del mundo en su género. "Méndez me ha dado muchas cosas. Si alguna vez me pide dinero se lo tendré que dar", ha afirmado hoy su autor.

EFE, 25 de octubre de 2007

Ledesma plantea la tentación de la venganza en "Una novela de barrio"

EFE

"¿La justicia es justa o a veces no queda más camino que la venganza?" Esta es la inquietante incógnita que Francisco González Ledesma ha querido plantear en "Una novela de barrio", reciente ganadora del I Premio Internacional de Novela Negra RBA.
"Es una novela que afronta con cierta crudeza el problema de la justicia", ha explicado hoy a Efe González Ledesma (Barcelona, 1927), escritor, periodista y abogado, al que un día empezó a obsesionar una pregunta: "¿qué pasaría si mataran a mi hijo?"
El escritor buscó respuesta en un personaje, David Miralles, padre de un niño de tres años al que dos ladrones mataron durante el atraco a un banco.
Al cabo del tiempo, uno de los atracadores -Omedes- muere de un disparo; el otro -Leónidas Pérez- da por sentado que el asesino es Miralles, que ahora trabaja como guardaespaldas, y tratará de acabar con él antes de que el padre del niño consume una supuesta venganza.
La decisión de Leónidas Pérez genera una serie de muertes y el caso cae en manos del inspector Méndez, quien en su séptima aparición en una novela de González Ledesma está ya medio jubilado, lo que no le impedirá tener una intervención trascendental en la historia.
Méndez es un policía que cree que la única justicia verdadera es "la de la calle", una conclusión que, según admite González Ledesma, conduce a la desesperación, porque "significaría que la justicia oficial es ineficaz, por lo que, en cierta medida, el Estado de Derecho desaparece".
Pero el escritor no puede evitar preguntarse "hasta qué punto puede un ciudadano normal sentir la tentación de cometer un delito como el de la venganza". Y responde: "Es posible que yo pensara en cometer un delito si mataran a mi hijo".
Para escribir su novela González Ledesma contó con su experiencia de veinte años como abogado y trasladó algunas de las dudas que se plantearon en el ejercicio de esta profesión.
"He sido abogado defensor durante mucho tiempo y he sacado a la calle a mucha gente que quizá no lo merecía", asegura el escritor barcelonés.
Esos "problemas de conciencia" que le llevaron a González Ledesma a abandonar la abogacía son los mismos que asaltan en la novela a Escolano, un abogado que heredó el despacho de su padre, cuya intervención libró de la cárcel a Leónidas Pérez, autor material de los disparos que mataron al hijo de Miralles.
David Miralles reconstruye la vida de su hijo, se comporta como si siguiera existiendo e incluso le hace una reserva en un colegio de pago. Es una de esas víctimas de un delito de las que, según González Ledesma, "nadie se ocupa nunca".
La acción de la novela transcurre en esos barrios populares de Barcelona que "están desapareciendo" y que provocan nostalgia en González Ledesma y en su personaje más conocido. "Había una forma de vivir que ya no existe y que Méndez y yo echamos de menos", afirma el escritor.
"Barcelona está cambiando a peor, en el sentido sentimental, y a mejor en el sentido social y arquitectónico", asegura el autor, quien rememora su infancia en el Poble Sec, donde "todas las madres cuidaban de todos los niños" del barrio.
Ganador del Premio Planeta de 1984 por "Crónica sentimental en rojo", González Ledesma ha recibido a lo largo de su carrera otros galardones como el Premio Hammett, en 2002 por "El pecado o algo parecido", y en dos ocasiones ha sido premiado por la crítica francesa.
En septiembre pasado obtuvo el Premio Internacional de Novela Negra que convoca RBA, el mejor dotado del mundo en su género, con 125.000 euros, pero considera que, a sus ochenta años, los reconocimientos le llegan ya "muy tarde".

AOL, 25 de octubre de 2007